jueves, 17 de octubre de 2013

Evolución de la educación en Chile: desde el siglo XIX hasta nuestros días

Desde los comienzos de la independencia, en Chile ya se comenzaba a pensar en desarrollar la educación a partir de los limitados recursos que se poseían, así mismo y en base al progreso histórico, la educación fue adquiriendo una gran importancia de forma paulatina para el país, comenzando por el vivo interés de las personas en educarse. Chile, comienza de a poco a promover la Universidad pública donde se comienzan a enseñar las denominadas “ciencias útiles” que desarrollan el conocimiento científico, matemático y experimental. Desde este punto de vista, podemos darnos cuenta que, aunque se promueve el estudio de ciencias exactas, aun así escasean las artes y el desarrollo de las ciencias humanas, tan importantes para el desarrollo intelectual de los ciudadanos. Como bien sabemos, el periodo de la ilustración y los ideales del pensamiento europeo, venían de la mano con esta nueva forma de concebir la educación para los chilenos, por una parte, se deja de lado el pensamiento religioso y el poder pedagógico del clérigo, haciendo que se realicen cambios notables en cuanto a la enseñanza pedagógica y, aunque permanece siendo conductista, es mucho más cercana al aprendiz gracias a recursos (que hoy vemos tan básicos) como la tiza y el pizarrón. En consecuencia, la educación chilena va en progreso hacia la primera mitad del siglo XX, donde se comienzan a realizar cambios institucionales importantes para la calidad de la educación y la valoración de la misma, así la educación obligatoria es hasta sexto año básico en contraste al antes obligatorio cuarto de enseñanza primaria. Por sobre esto, la educación sigue en progreso en cuanto a esta ley de Instrucción Primaria, llegando hoy (Siglo XXI) hasta el cuarto año de enseñanza secundaria. Hoy en día la diversidad institucional es abismante, y procura no sólo una calidad en la educación, sino que también pretende ser equitativa para todos los estudiantes, sin embargo, y aunque nos encontramos con grandes avances en cuanto a recursos pedagógicos, leyes de regulación para la educación y tantas otras diversas metodologías para poder enseñar, aun así, el progreso de la educación chilena, está lejos de ser la mejor en cuanto a todo lo mencionado anteriormente. Finalmente y en reflexión a lo anterior, si pensamos que la educación es un bien progresivo en base al desarrollo de los ciudadanos hoy, que nos consideramos un país en vías de desarrollo ¿por qué no poner en marcha, desde luego, avances que involucren el óptimo desarrollo del pensamiento para nuestros estudiantes? ¿Tendremos que esperar otro siglo más para avances tan importantes? Chile, sí puede.

1 comentario:

  1. Para avanzar como sociedad, debemos necesariamente avanzar en educación. Sabemos que esta influye en todos los ámbitos de la vida y no nos podemos hacer los ciegos y los desentendidos en esta materia, por lo que debemos afrontar el tema desde distintas aristas: Alumnos, profesores y sociedad (de manera somera en mi comentario).
    La integración es uno de los primeros pasos que debemos dar para avanzar en lo que respecta a la enseñanza de nuestros alumnos. Enseñarles que no están solos y que hay gente diferente, los ayudará a crecer tanto en sus relaciones personales como en lo intelectual. Enseñarles que no es bueno competir sino que colaborar entre ellos.
    Pero no solamente en materia de enseñanza a nuestros alumnos hay que avanzar, sino que también en la dignificación del trabajo como profesor. En países (y aunque suene repetitivo lo sé xD) Como Finlandia, los profesores contratados por 40 horas están 20 solamente en aula y las otras 20 haciendo clases. Y ni hablar de los sueldos. Por lo que el trabajo de profesor en Chile debería ser mucho mejor remunerado.

    Además de eso, debemos reflexionar en qué tipo de alumnos queremos formar a futuro ¿queremos alumnos críticos de la sociedad? ¿Queremos alumnos que copien y peguen información? etc.

    Y así, da para largo el tema de la educación.
    Saludos colega C:

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