miércoles, 4 de diciembre de 2013

Es más fácil creer que no existes

A menudo, es más fácil creer que no existes. Si la historia es lineal, podría abundar en el progreso, y si fuera cíclica podríamos esperar tu regreso pero, ¿qué es más fácil? ¿apoderarse del escepticismo o de la fe? tal vez, ni siquiera se trate de un acto de fe, sino más bien de valentía y superposición, de fenomenología y de abstracción. Ser concretos no se usa, la referencia abunda en los estructurados, el humanismo no significa, diversifica. ¿Por qué creer entonces que no existes, si tan solo creer ya es un acto de fe? La boca que estaba muerta dijo que ser escépticos era la solución, que sin tu presencia seríamos verdaderos magos de la realidad social y que, por ende, eres nada más que un concepto. Insisto, el humanismo no significa, diversifica. El conductismo abunda en los que necesitan lo específico, y no en el que busca su ser íntimo, sería no más que una contradicción creer en sí mismo no creyendo en lo posible. El humanismo evita controlar el entorno "confiando" en el transcurso de las cosas, dejando que ocurran sin cuestionarlas. No es posible ser racional y emocional al mismo tiempo; es posible, sin embargo, ser emocionalmente abstracto, lo que no impide un pensamiento fructífero y realista, por el contrario, permite ver más allá de lo tangible desarrollando un sexto sentido y dejando de ser concreto. ¿Hablemos de existencia? Descartes diría "el existir realmente hace de algo más perfecto que el existir meramente en el pensamiento o que la mera posibilidad de existir" si creemos en la gente, es necesario creer en sus propósitos, pero si creemos en nuestra esencia, es preciso que creamos en su origen. Más allá de la epistemología, la existencia del ser en sí mismo, es producto de una transformación cotidiana, ligada a las referencias, creemos en lo que nos dicen, pero no creemos en lo que no vemos ¿nos ponemos de acuerdo? Ser concretos no es la solución, el humanismo no significa, diversifica.